12.12.16

MÚSICA OLVIDABLE

De Jazzy Mel a Shakira, pop-músic para la memoria de lo que íbamos a ser a los 30.

POR ALICIA CHAVEZ (Santiago del Estero)




Cuál es su trabajo?
Tiene el trabajo más obsceno del mundo

Youth – 2015


Entre las pequeñas magias cotidianas, una que siempre me llama la atención es esa de entrar en algún lugar, por lo general un negocio, pero también aplica para colectivos y remises, donde está prendida una radio, y escuchar una canción que se queda en mi cabeza el resto del día.

¿Qué será lo que motiva a los operadores radiales a programar en sus listas de reproducción “Una canción de despedida” de Los Lunes (banda sepultada en el olvido de la década del 90), o “No se tú” de Luis Miguel (de un disco editado en 1991), o “Mi historia entre tus dedos” de Gianluca Grignani (one hit wonder), o “Mi timidez” de Emanuel Ortega (¿sigue cantando ese chico? “Chico”, bah! “Señor”, porque así como a vos te preguntan “¿Qué va a llevar señora?”, a él, cuando entra en un negocio en Nueva York, le dicen “Míster”), o “Estoy aquí” de Shakira (de cuando era una rebelde y contestataria morocha de los países en vías de desarrollo)?

Así como así, me veo envuelta en la bruma de la adolescencia. Ese tiempo en el que, para quienes nacimos a partir de los 80, nos imaginábamos a los 30 años trabajando en oficinas en el piso alto de un edificio con vista a… ¿un puerto? ¿otros edificios? O lo que sea que el imaginario neoliberal de los noventa nos haya vendido en sus películas sobre personas exitosas con angustias existenciales.

Sin embargo, estoy no muy lejos de donde nací, con más o menos las mismas amistades con los que crecí en la adolescencia, o con los que seguí creciendo en la incipiente adultez (relativamente obligatoria, según algunas decisiones que hayamos tomado y lo que pudieron hacer nuestros padres), mirando con cierto recelo a ese reflejo lejano que era yo misma cuando tenía un poster de Alejandro Sanz en el dormitorio y no podía cantar “los dos cogidos de la mano” porque no sabía si mi mami se iba a enojar o escandalizar…

Ahora, cuando voy a un casamiento, a un cumpleaños de 40 o 50, a los 15 de sobrinas o hijas de amigxs (única posibilidad de que te inviten a una de esas fiestas) espero que aparezca Vilma Palma, Jazzy Mel, La Sonora de Bruno Alberto o Las Sabrosas Zarigüellas (ya sé, nadie se acuerda de ellas) para reconciliarme con el operador de la radio que programa esas canciones olvidables del pop más comercial de los 90 que se quedaron en mi cabeza y son el espacio donde se encuentran el hoy y el futuro imaginado de ayer.-





Alicia Chavez es Lic. en Comunicación Social, Docente en la UCSE, Maestranda en Cs. Sociales y Humanidades, Realizadora Audiovisual y  Gestora de La Moviola Cineclub y la editorial Perras Negras.

29.11.16

LEER UNA NOVELA

RESEÑA DE "EL JUEGO FAVORITO" (Leonard Cohen, 1963)

Por Adrián Bonilla


Leonard Cohen


        Existen tres razones fundamentales por las que me interesa leer una novela. La primera tiene que ver con que el autor elegido, lejos de haber sido prolífico, haya escrito apenas unas cuantas obras. Tal condición supone que en la mayoría de los casos el escritor escogido haya muerto. La segunda razón: que el autor sea, antes que novelista, poeta (buen poeta, se entiende). La última, y quizá la más importante, que el relato sea autobiográfico. Podría ejemplificar la primera y la tercera de las razones citando a El desierto y su semilla, única novela de Jorge Barón Biza. Algo me sugiere que, en el mejor de los casos, el producto nacido de la unión ideal de esta tríada pretenciosa y escasa sería una novela poema.
                          
Portada original de la primera edición
           Creí conveniente calificarla como novela-poema para diferenciarla de novela poética. ¿Quién no atribuyó alguna vez a una novela pasajes provistos de un halo poético? Trátese de una descripción, un estado de ánimo o un soliloquio de un personaje, etc. El juego favorito (1963), de Leonard Cohen, posee más que eso. Cohen hace valer en su relato su pelaje de poeta y las descripciones, estados de ánimo y soliloquios se transforman en verdaderos poemas. Hasta en los pasajes dialogados hay literalmente poesía: “No entres, por favor. Te vas a cansar de mí. Todos los libros dicen que tengo que guardar mi misterio”. El autor narra en El Juego favorito el derrotero afectivo y anímico de cómo se hizo poeta (¿el poeta se hace?). Qué mejor fórmula narrativa que la correlación entre forma y contenido para decir: “Este soy yo, el poeta”. “Si al menos pudiera poner fin a mi odio. Si pudiera creer en lo que escribieron y envolvieron en sedas y coronaron de oro. Quiero escribir la palabra”, anuncia el narrador, casi al final de la novela.  

            El poeta narrador descree pero también duda, y la duda engendra miedo: ¿debo aferrarme al amor, o debo correr en sentido contrario, aunque incluso no pueda despojarme de ese sentimiento?, interrogante que corroe los pensamientos del narrador poeta en el final de la novela. Cohen imprime a su relato la cadencia de sus canciones, lo cual lo transforma en un libro lento, de esos en los que ocasionalmente debemos volver sobre lo leído para cerciorarnos de que nuestra sensibilidad lectora funciona medianamente bien. 

            El nihilismo del poeta no resulta chocante ni solemne. Ese descreimiento empedernido del Cohen narrador se ve reflejado en las más comunes escenas de la vida en sociedad. En los vagabundeos nocturnos, junto a su amigo Krantz, por la Montreal de los 60; en los encuentros amorosos con mujeres afligidas en habitaciones de alquiler; trabajando como celador en un campamento de escolares; o incluso en su atormentada relación con su madre, internada en un psiquiátrico. En fin, una fórmula que no empalaga ni aburre, que se agradece, que nos hace sentir que tenemos los pies sobre el piso y que no estamos tan solos. Les transcribo, para finalizar, un pasaje poema que merece citarse: “Hermano, dame tu nuevo coche. Quiero volar hasta mi amor. A cambio te ofrezco esta silla de ruedas. Hermano, dame tu dinero. Quiero comprarle a mi amor todo lo que desee. A cambio te ofrezco la ceguera para que puedas controlar a todos durante el resto de tus días. Hermano, dame tu mujer. Es a ella a quien amo. A cambio he ordenado a todas las prostitutas de la ciudad que te fíen infinitamente”. 

           Además de El juego favorito, Cohen escribió Hermosos perdedores. Su producción literaria se enfoca principalmente en la poesía, con varios poemarios publicados.-  


17.7.16

POESÍA ILUSTRADA VOL. 3

Natalí Etchúdez (poesía) y Fer Catálfamo (ilustración)

Fer Catálfamo - Natalí Etchúdez

Tercera entrega de la serie “POESÍA ILUSTRADA”: versos e ilustración conversan entre sí. 



Ilustración: Fer Catálfamo











OJALÁ QUE GANE BATMAN

la piba sabe
que deatrás de su ventana
está él
tomando birra con su chica.
la piba coge más fuerte
en la cama destendida
y con la voz de la Sarli
escupe gritos de placer
para que se escuche afuera,
del otro lado de la ventana.
el orgasmo le pincha los dedos del pie
y sube hasta la nariz.
vomita entre jadeos
el nombre del pibe:
supermán!!!
(supermán se llama él).
ella comienza a llorar
porque el chabón entre las sábanas
le dice que es cualquiera.
no: llora porque sabe
que sus orgasmos
sólo ocurren con supermán en escena.
no: llora
porque supermán
no la conoce
y está allá afuera
tomando birra
con la mujer maravilla.




DOBLETILDE EN AZUL

mientras a vos
te clava el visto
la concheta de tu novia
yo colecciono tus audios,
el chasquido de las hojas
de un libro de Nicanor Parra
segundos antes de que tu boca
se acerque al micrófono
replay
replay
repay
imagino
tu lengua mojando tus labios
después de cada verso
casi que te veo en pantuflas
para nada sexi
como a mí me gustas
o dormido, después
de tu última conexión,
fundido por el fútbol
de los jueves.
aprovecho
y paso
despacito
mi lengua
por cada una de tus pestañas
te muerdo los dedos
babeo en tus piernas
te pienso
zumbando besos en mi sexo
explota el placer
en cámara lenta
como un hongo de humo
radioactivo
y abro mis ojos
estoy junto a mi perro
apago el celu
retiro
mi mano
de la trampa entre mis piernas
piernas que se resignan
a seguir
oblícuas, paralelas y azules
como tu último visto.


 

EL CHONGO BOSTERO

tevez anda fulero
y se viene bajando
uno por partido.

quiebra
mandíbula y peroné
en una sola jugada
y los medios
lo destrozan.

“eso le pasa por hacer propagandas
de yogurísimo”, se lee
en las placas de la tele.

en cambio a vos, que no te conocen,
a vos, que destrozas, también, mis huesos
astilla por astilla
hasta pulverizarlos
cuando deliro que chapamos,
cuando dribleas mi amor
con encanto maldito,

a vos no te dedican una placa en crónica.

fulero sos vos,
que aunque no te guste el fútbol
yo sé que te encanta
gambetear.

***



Fer Catálfamo (Santiago del Estero). Músico, ilustrador, bajista de la banda santiagueña Sapere Aude. Fundó el Pez Fantasma Bass Players Féstival. Una vez puso su material onírico en una licuadora y le dio tos. Algunas cosas de esta biografía podrían no ser del todo ciertas.

Natalí Etchúdez (Santiago del Estero). Poetica, lee, tiene un montón de fotos con la remera de River. Su perro Vito recibe gentes y les hace favores a cambio de favores. Ella le llama “el ciclo de la vida, matufia style”.