21.1.16

CENIZAS DEL REVIENTE INFANTIL


Por Claudio Rojo Cesca

Amores quebrados y escenas de desencanto: Gabriel Hoyos Izurieta explora en "Se hundió Disney", su primer libro de poemas, los vestigios de una felicidad industrial y remota.

Ilustración: José Rodolfo Loaiza Ontiveros, de la serie "Disasterland"

A quienes ya hemos cruzado la brecha de los veinticinco años nos resulta familiar una melodía que reza: “Disney es magia, es diversión”. Es la publicidad del mundo Disney con la que se presentaban sus películas en videocasete. La puerta de entrada, si se quiere, al desborde colorinche de fantasía paqueta, un universo que nos igualaba a todos en la medida que todos aspirábamos a esa magnífica realización del reviente infantil.

Desde luego, crecimos cuando nos interesó más el sexo y las fantasías cambiaron de tono y temperatura. Cuando las monedas que usábamos para comprar puflitos y caramelos Misky fueron a parar al fondo para bancar la cerveza. Se hundió Disney, del santiagueño Gabriel Hoyos Izurieta, testimonia, en clave de poesía, el desencanto por pasar de los espejitos de colores a ese otro reino de revoque agrietado, la prefiguración de la madurez. Y lo hace, a pesar de ser un primer libro, sin vanidad ni altisonancia, sabiéndose habitante de una cepa de polvo y espina, de monte no muy lejano y siesta golpeada por el calor. También, con cierta habilidad para la invención: el último tramo está integrado por caligramas, experimento en el que la distribución de las palabras queda dispuesta bajo cierta forma, pregnante no sólo en sí misma (un árbol de navidad, un gato, una araña) sino también con el sentido del texto.

Y además de su condición de aparato poético, Se hundió Disney funciona como una red de contención frente al vencimiento de los artificios morales de la (todavía vigente) factoría de sueños. Asume los tintes de una resaca tras largos años de borrachera infantil: ¿qué ha ocurrido con el amor, con los dosajes del amor, con las formas bellas a las que ya nunca arriba tras la evidencia de su fracaso?

“Rezagado de la carrera
He decidido no rastrear
El amor no se persigue
Es un bípedo que se espera
Para dispararle”                      

Estas son cuestiones que brotan y señalan el anticastillo de Izurieta, armado con pedazos de escenas, más o menos cotidianas, en las que rápidamente podemos reconocernos; escenas que bordean una paranoia que también es familiar:

“Miento que veo poca televisión
Pero puede ser que la televisión
Me haya mentido bastante”

Izurieta construye la voz poética a partir de un Yo convocante e involuntario, hilvanado en lo universal del significante “Disney”, Ground Zero del vaciamiento de guirnaldas y luces de colores. Y ocurre, también, que lo Disney de nuestra cultura no llega a todas partes, que hay una zona yerma donde incluso el arte ofrece toda su impotencia: 

“Te vas al campo
Y te das cuenta
Que todas las mariconadas
Que leíste, todas
Las giladas que consumiste
La corriente francesa
El estilo norteamericano
Incluso el realismo mágico
No te sirven para nada”

¿Entonces, cuál es el atentado que hundió Disney? Aventuro la siguiente hipótesis: las formas reales del amor, con su arquitectura desfasada para el terreno sobre el que edificamos la vida, el escombro del desencuentro, la pervivencia de los rencores que se enquistan, largo y tendido, hasta volverse volverse amalgama con el calcio del lenguaje.

Y si acaso vivimos nuestra parte en el desencanto del "sueño Disney" como si libráramos una guerra, tanto mejor si la guerra se libra en el frente de la poesía. Izurieta desfonda ese mundillo de promesas no cumplidas y lo renueva, en un intento por consolidar lo asible y lo soportable ante al aullido de los ideales y la corrección política. Porque a fin de cuentas, Disney no se hunde ni se transforma, más bien se actualiza: lo que sopla como vientito camino arriba, en la pendiente, retorna como huracán y padecimiento. No queda otra que preguntarse: “Oh! Y ahora, quién podrá ayudarnos?”.

La poesía siempre es una opción, Chapulín.

 

"Se hundió Disney" 
de Gabriel Hoyos Izurieta
Lucrecia Editorial, 2015
72 páginas



 



















SELECCIÓN DE POEMAS


SUPERÁVIT EN CAÍDA

Tan indeciso e imprevisible
Con el mundo cargado en mute
Y sin saber cual puerta
Tendré que demoler
Así pasa un mes
Que demora en arruinarse
Y así pasan las personas
Que jamás van a volver.

...

TE VAS AL CAMPO

Te vas al campo
Y te das cuenta
Que todas las mariconadas
Que leíste, todas
Las giladas que consumiste:
La corriente francesa
El estilo norteamericano
Incluso el realismo mágico
No te sirven para nada
No existen
Aquí nomás a unos cuantos
Kilómetros
No muy lejos
A veces no es necesario
Alejarse demasiado.

...

TODAS MIS EX ESTÁN A SALVO

Me cuentan las últimas
Buenas noticias del condado
Todas mis ex amantes están a salvo
Por supuesto de mí
Y ahora bajo la mirada ardiente
De algún buen caballero
Que les hace mejor el verso
Y más simple las cosas
Se salvan, se regocijan, se proyectan
Un futuro común
Demasiado feliz para ser concreto.