5.7.16

CRIATURA POP



ENTREVISTA A FLORENCIA VARAS GUARÁZ
Por Claudio Rojo Cesca

Florencia Varas Guaráz


El arte pop puede operar como una forma de shock frente el objeto banal o perecedero, más propenso al efecto plástico que a la vocación de perdurar. Y si bien las obras de Florencia Varas Guaráz funcionan como shock estético (ahí están los colores estridentes, la apetencia de la simplicidad, el trabajo sobre lo plano), su infiltración casi molecular y su paleta de referencias tienden una red de sentidos que vitaliza la experiencia visual y la llena de interrogantes. Su arte procura conservar las huellas que lo ensayan, en otras palabras: pone en evidencia las marcas y los pasos en falso para excomulgar del lienzo el rechazo a la artificialidad, haciendo de ella una evidencia expresiva y vivificadora.    

¿Cómo empezó tu camino en el arte plástico?

Empecé haciendo copias, imitando artistas que admiro, como Andy Warhol. Pero desde hace cuatro años me enfoco en crear algo propio, con un estilo más personal. Siempre me ha gustado dibujar. He seguido, en parte, los pasos de mi viejo, que también es artista plástico. En cuanto a la vocación, él ha sido mi modelo a seguir y un gran apoyo para que yo no deje de dibujar una vez que empecé mi adolescencia, que es el tiempo en que muchos de esos intereses se van perdiendo. Claro que tenemos estilos muy distintos. Su obra está más vinculada a la tradición de Santiago del Estero y las leyendas. Lo mío, obviamente, va por otro lado.

¿En ese sentido, por dónde crees que pasa tu obra?

El arte que hago tiene una impronta infantil e ingenua, más cercana a los dibujos animados, que también  son una fuerte influencia. A veces incluyo a personajes de series que he seguido siempre, como Ren & Stimpy y Hora de aventuras. Me gusta el movimiento Pop y el arte pop también es eso: consumo. Incluir o estilizar esos personajes es otra manera de consumirlos. También trabajo lo visual desde las emociones. Por ejemplo, mis ilustraciones en blanco y negro son mi lado más emo y eso tiene que ver con cómo me siento cuando dibujo. Si estoy triste lo primero que hago es dibujar y así olvido lo que me pasa. Me salen cosas en blanco y negro, deformes, no figurativas. Pero el proceso, en general, es algo que me hace sentir bien.


¿Qué artistas han influenciado tu trabajo?

Mis autores favoritos son Andy Warhol y Basquiat. Warhol es muy mecánico y prolijo; para él no se tiene que notar la pincelada. Basquiat es lo contrario: hace notar el trazo, a menudo dejando espacios inacabados en sus cuadros. Miguel Repiso, con quien tuve la oportunidad de pintar alguna vez, me decía que hay que poder mostrar los errores de la obra. Si un ojo te ha salido mal, no lo borres: pasá por encima, mostrá tus huellas. Por eso las ilustraciones que comparto salen bastante rápido y no les dedico mucho tiempo. No porque no me importe, sino porque así consigo esos efectos. Por otro lado, trabajando de ese modo, puedo mostrar que la obra no es algo mecánico: el lápiz, la mano del artista, el borrador, todo eso ha estado ahí y se ve.

Has participado en muestras colectivas y pintado murales y también compartes material en las redes. ¿Cómo percibes la recepción de tu obra?
Hay gente que le gusta lo que hago y gente que no. En Santiago, suele gustar el tema social, cosa que yo no trabajo de manera directa. Lo mío va más por la impresión visual, pero a veces la gente genera sus propios significados. Lo que me gusta a mí es jugar con los titulos, que sirvan de punto de partida para darle sentido a la obra. Otras veces la misma gente me dice, de manera libre, cosas sobre lo que hago y yo lo tomo. Alguien puede preguntarme qué significa tal cuadro y yo les contesto con otra pregunta: ¿qué significa para vos? El significado es eso mismo que me responden. Otras veces el público interpreta en función del título del cuadro y, en realidad, el título no es más que la canción que estaba escuchando al momento de pintar.

Sos muy activa en las redes sociales, cosa que ha contribuido a que tu obra circule.

Face es una herramienta muy importante para compartir lo que hago y conocer qué están produciendo otros artistas. En mi muro cuelgo varios dibujos y así mantengo contacto con la gente. También tengo entre mis planes armar una muestra. Es algo que quiero hacer y, creo, una meta para cualquier artista plástico. Pero todavía tengo que producir más: quiero que sea material que no haya pasado por las redes. Una muestra debe ser algo más íntimo y prefiero que quienes vayan, se encuentren con algo nuevo.

Otro tipo de experiencia que me interesa es el muralismo. Hasta el momento he trabajado tres obras, una de ellas a través del concurso Ruta de Murales, que pinté junto a otros dos chicos en una pared con una superficie de 10 x 4, detrás de la terminal. Y recientemente quedé seleccionada en un concurso de murales sobre el medio ambiente que lanzó el Concejo Deliberante, así que estoy trabajando en eso. Será en un paredón de la calle Andes, en la zona del Colegio Centenario.

Contanos sobre La otra mirada.

La otra mirada surgió, en su primera edición, como un espacio que daba lugar a obras que participaron en un concurso de la Fundación Cultural y no fueron seleccionadas. El 24 de Mayo de este año se hizo la tercer muestra y yo participé en la organización. Fue más abierta en cuanto a tamaño de la obra y estilo. También se incluyó esculturas, fotografía y dibujo.  La idea era convocar a personas que recién comenzaran y tuvieran ganas de exponer. Para muchos fue la primera vez que exhibieron en una muestra, así que sirvió como oportunidad para ellos y para quienes los tuvieron la chance de descubrirlos. Pasar de dibujar en la hoja a compartir la producción en una galería es un salto muy importante. También sirvió, indirectamente, para promover convocarotias a distintos emprendimientos. Son ocasiones que permiten tender puentes y dar a conocer lo que se está haciendo en la provincia, a la vez que estimulan a que los artistas sigan produciendo.-

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